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Me había costado más comerme las trufas (al no estar en un estado tan de kamikaze como la primera vez fuí un poco más consciente del sabor). Se me caían las lágrimas por las mejillas, pero esta vez no era de emoción, sino de pura y llana risa. De hecho creo que todos estábamos algo "preocupados" porque parecía que cualquier oleada, tras bajar, era señal de que los efectos empezaban a terminarse (cosa que no queríamos para nada). Era el último volumen de Promethea, de Alan Moore (a este señor seguramente le va muchísimo este rollito). El hecho es que algunas moscas de la familia de las alas espinosas ponen sus huevos en el suelo junto a las trufas (las larvas de estas moscas usan las trufas como alimento), por lo que los insectos adultos a menudo pululan por encima del suelo en este lugar. El aroma de la trufa es potente, volátil y se fija en las grasas, así que una gran opción consiste en meter algunos huevos -si son frescos de la contornada, mejor que mejor- y una trufa en un bol cerrado o fiambrera durante dos días.